Las aguas residuales de las obras de construcción suelen ser muy alcalinas, rara vez neutras y nunca ácidas. Las aguas residuales de hormigón suelen tener un valor de pH superior a 10. Para cumplir los valores límite especificados, la industria de la construcción está obligada a neutralizar las aguas residuales alcalinas de hormigón y cemento antes de verterlas a las aguas receptoras o a una depuradora.

Dependiendo de su uso, el cemento o el hormigón se componen de entre un 30% y un 60% de óxido de calcio, que reacciona con el agua para formar hidróxido de calcio altamente alcalino. Esto significa que si el cemento o el hormigón fresco entran en contacto con el agua en una obra, las aguas residuales resultantes deben neutralizarse. Este suele ser el caso del agua de lavado (valor de pH entre 12 y 14) o del agua de las fosas de construcción (valor de pH entre 9 y 12).

Tratamiento de aguas residuales en la construcción

Las aguas residuales alcalinas de las obras de construcción se producen, por ejemplo, después del hormigonado o durante los trabajos de renovación de estructuras de hormigón como consecuencia de los trabajos de limpieza, la lixiviación por aguas de infiltración de los sistemas de drenaje o el drenaje de aguas pluviales de las obras de construcción. Los forjados sumergidos constituyen un caso especial.

Estas aguas residuales procedentes de las obras de construcción deben neutralizarse antes de su vertido, aunque no se consideren contaminadas tras su tratamiento en tanques de sedimentación. El tamaño de la obra no es decisivo para la protección del medio ambiente. Esto se debe a que el agua alcalina del hormigón no sólo puede causar problemas en la depuradora, sino también provocar la muerte de plantas y animales que viven en el agua.

Reciclaje de las aguas residuales de obras

En el reciclaje de aguas residuales, el agua residual y el agua dulce pueden mezclarse para producir hormigón. Sin embargo, primero hay que neutralizar el agua residual. El reciclado de las aguas residuales permite ahorrar agua valiosa y producir hormigón de forma más rentable.

Reducir el pH de las aguas residuales

El valor del pH indica si una solución tiene una reacción neutra, ácida o básica (alcalina). Se mide en una escala de 0 a 14, donde 0 significa muy ácido y 14 muy alcalino. Sin embargo, estos valores extremos no suelen alcanzarse nunca al analizar el valor de pH de las aguas residuales.

  • Un valor de 7 indica agua pura o soluciones neutras.
  • Los valores inferiores a 7 indican una gama ácida y los superiores a 7 una gama básica (alcalina).

Los valores alcalinos de pH de las aguas residuales de obras de construcción (aguas de infiltración y meteóricas procedentes de fosas de construcción, aguas de enjuague de hormigoneras y equipos de manipulación) suelen situarse entre 10 y 14 y superan claramente los valores límite máximos permitidos. Según las autoridades competentes en materia de aguas, suelen situarse en el intervalo de pH de 6,5 a 8,5.

Neutralización de aguas residuales con dióxido de carbono (CO2)

Los ácidos (como los minerales) son capaces de neutralizar de nuevo las aguas residuales.
La desventaja es que muchos ácidos también provocan una salinización no deseada. Además, el almacenamiento de estos ácidos es caro.

Por ello, en la práctica, el uso de dióxido de carbono (CO2) ha dado buenos resultados.
Las ventajas: Como componente del sistema tampón del agua, el  dióxido de carbono no provoca ninguna acumulación de sales. Al mismo tiempo, permite una reducción más precisa del valor pH, ya que no se produce acidificación.

Neuer Call-to-Action

Artículos relacionados

Ponte en contacto con nosotros